Considero que la política es una poderosa herramienta para la transformación social y en Colombia tenemos una deuda histórica con el desarrollo de nuestro país y nuestras regiones. Un país que limita su desarrollo es un país que limita las posibilidades de construcción del proyecto de vida de todos y cada uno de sus ciudadanos.
Los principios liberales de libertad individual, igualdad jurídica, propiedad privada, separación de poderes y gobierno limitado son fundamentales en ese camino hacia el desarrollo tanto económico como social. En este momento Colombia vive un período crítico en el que sus instituciones se ven gravemente amenazadas por el populismo y la corrupción cuyos frutos son amargos para todos aunque sus raíces sean dulces para unos pocos.
He decidido participar como precandidato al Senado de la República a través del Nuevo Liberalismo, un partido con el que me identifico en sus principios basados en la democracia participativa, la lucha contra la corrupción, el respeto por los derechos humanos y el medio ambiente y la búsqueda de la paz y la reconciliación. Así como en Ítaca, el poema de Constantino Cavafis, emprendo este camino con la ilusión de entender al final “qué significan las Ítacas”.
Mis ejes de trabajo no serán nada ajeno a lo que ha sido mi vida profesional y personal: fomento al emprendimiento y las PYMES (Pequeñas y Medianas Empresas), cuidado del medio ambiente y el bienestar de los animales, el respaldo a la libertad de prensa y los medios de comunicación como baluartes de la democracia y el trabajo constante por la cultura ciudadana y la salud mental.
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